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Las empresas generadoras y distribuidoras de electricidad, y voceros del gobierno, pretenden justificar el inminente incremento de la tarifa eléctrica basándose en el aumento experimentado por el precio internacional del petróleo. Dicho argumento es una falacia.

Es cierto que el precio del petróleo ha aumentado significativamente desde fines de 1997, cuando se privatizó parcialmente el Instituto de Recursos Hidráulicos y Electrificación (IRHE). Desde el inicio de 1998 hasta el fin del 2004, el precio del barril del petróleo tipo "West Texas Intermediate" (WTI) aumentó de $15 a $40, o sea cerca de 167%.

Pero el costo del combustible utilizado por las empresas generadoras y distribuidoras de energía no aumentó en la misma proporción, pues esas empresas disponen de mecanismos de protección, como es la compra de contratos de entrega futura, que les permiten reducir considerablemente dicho costo.

Vemos así que, de acuerdo al "Compendio Estadístico Energético 70-04", del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el costo promedio del galón de combustible usado por las empresas generadoras de energía en Panamá del año 1998 al 2004 aumentó de $0.46 a $0.73, o sea 59%.

Deduzco así que existe entre estos factores una relación aproximada de 59/167 = 35%; es decir, que los costos de combustible de esas empresas aumentan en una proporción cercana al 35% del aumento del precio internacional del petróleo. Si el precio del barril WTI aumentó de $40 a $55 en el año 2005 (un 38%) entonces sus costos probablemente aumentaron un del 38 x 35% = 13.3% adicional.

Por tanto y en total, el costo promedio del galón de combustible para las empresas generadoras de electricidad probablemente aumentó cerca de 59 + 13 = 72% entre 1998 y el 2005.

En Panamá, también según el informe citado del MEF, el 34% de la energía eléctrica se genera con derivados del petróleo, y el resto con la fuerza de los ríos panameños. Pareciera entonces que el kilovatio hora debería aumentar un aproximado de 72 x 34% = 24.5%.

Sin embargo, datos del Ente Regulador de los Servicios Públicos revelan que las tarifas de electricidad han aumentado ya cerca de 32% desde 1997, por lo que en realidad ¡correspondería para este año una rebaja de 8% de las tarifas, no un aumento de 15% ni mucho menos de 30%!

Dicha rebaja se justifica aún más si sabemos que la tarifa eléctrica en Panamá es una de las más altas del mundo y que, en parte como consecuencia de ello, las empresas distribuidoras han obtenido ganancias muy elevadas. ¡Es por esta razón que se rehúsan a mostrar sus estados financieros!

¿Entonces, señor Presidente, "se puede" o "no se puede" defender el bienestar del pueblo panameño ante la voracidad de las empresas que producen y distribuyen electricidad en Panamá? Sabemos que el gobierno tiene la mitad de las acciones y recibe dividendos de estas empresas. ¿Acaso se pretende introducir un nuevo impuesto disimulado al pueblo panameño?


	INFOFAX # 8, 21 de enero 2006. *"La verdad nos liberará* ."
	POR QUÉ NO SE JUSTIFICA EL AUMENTO DE LA TARIFA ELÉCTRICA
		Las empresas generadoras y distribuidoras de electricidad, y voceros del gobierno, pretenden justificar el inminente incremento de la tarifa eléctrica basándose en el aumento experimentado por el precio internacional del petróleo. Dicho argumento es una falacia. Es cierto que el precio del petróleo ha aumentado significativamente desde fines de 1997, cuando se privatizó parcialmente el Instituto de Recursos Hidráulicos y Electrificación (IRHE). Desde el inicio de 1998 hasta el fin del 2004, el precio del barril del petróleo tipo "West Texas Intermediate" (WTI) aumentó de $15 a $40, o sea cerca de 167%. Pero el costo del combustible utilizado por las empresas generadoras y distribuidoras de energía no aumentó en la misma proporción, pues esas empresas disponen de mecanismos de protección, como es la compra de contratos de entrega futura, que les permiten reducir considerablemente dicho costo. Vemos así que, de acuerdo al "Compendio Estadístico Energético 70-04", del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el costo promedio del galón de combustible usado por las empresas generadoras de energía en Panamá del año 1998 al 2004 aumentó de $0.46 a $0.73, o sea 59%. Deduzco así que existe entre estos factores una relación aproximada de 59/167 = 35%; es decir, que los costos de combustible de esas empresas aumentan en una proporción cercana al 35% del aumento del precio internacional del petróleo. Si el precio del barril WTI aumentó de $40 a $55 en el año 2005 (un 38%) entonces sus costos probablemente aumentaron un del 38 x 35% = 13.3% adicional. Por tanto y en total, el costo promedio del galón de combustible para las empresas generadoras de electricidad probablemente aumentó cerca de 59 + 13 = 72% entre 1998 y el 2005. En Panamá, también según el informe citado del MEF, el 34% de la energía eléctrica se genera con derivados del petróleo, y el resto con la fuerza de los ríos panameños. Pareciera entonces que el kilovatio hora debería aumentar un aproximado de 72 x 34% = 24.5%. Sin embargo, datos del Ente Regulador de los Servicios Públicos revelan que las tarifas de electricidad han aumentado ya cerca de 32% desde 1997, por lo que en realidad ¡correspondería para este año una rebaja de 8% de las tarifas, no un aumento de 15% ni mucho menos de 30%! Dicha rebaja se justifica aún más si sabemos que la tarifa eléctrica en Panamá es una de las más altas del mundo y que, en parte como consecuencia de ello, las empresas distribuidoras han obtenido ganancias muy elevadas. ¡Es por esta razón que se rehúsan a mostrar sus estados financieros! ¿Entonces, señor Presidente, "se puede" o "no se puede" defender el bienestar del pueblo panameño ante la voracidad de las empresas que producen y distribuyen electricidad en Panamá? Sabemos que el gobierno tiene la mitad de las acciones y recibe dividendos de estas empresas. ¿Acaso se pretende introducir un nuevo impuesto disimulado al pueblo panameño?

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